Vender o mantener mis inversiones
¿Qué hacer cuando la bolsa cae? ¿Vendo o mantengo mis inversiones? Recomendaciones para decidir bien en momentos de miedo.
De vez en cuando los mercados financieros nos dan algún susto. Que nos hace cuestionarnos si vender o mantener las inversiones. Y es que nada es eterno. Ni los buenos tiempos ni los malos. Todo pasa. Son los ciclos económicos.
Muchos se esfuerzan en tratar de acertar con el próximo movimiento de las bolsas y no paran de hacer pronósticos (y de equivocarse). Yo también caigo en ese pecado alguna vez. Aunque cada vez estoy más cómodo respondiendo que no tengo ni idea de lo que va a pasar, cuando me preguntan. Y es que los mercados tienen esa característica que cuesta asimilar. Son impredecibles. Intentamos buscar similitudes con el pasado, porque muchas veces la historia se repite, con distintos protagonistas y escenarios. Pero al final, es fácil equivocarse. Y hay que centrarse en las cosas que puedes controlar de tus inversiones.
La tentación de hacer algo
Ver bajar tus inversiones y no hacer nada, es para muchos, como quedarse quieto mientras contemplas como se incendia tu casa.
Es natural, que los momentos de volatilidad de los mercados bursátiles, desaten el miedo y la preocupación de los inversores. Si una cosa he aprendido a lo largo de los años, es que en los días de mayor tensión e incertidumbre, lo mejor es no hacer nada. No tomar ninguna decisión y esperar. Muchas veces, los mejores días de bolsa, vienen después de los días de mayores caídas. Si hay que tomar alguna decisión, te aseguro que los días en los que está todo en rojo, no es el momento. Salvo que tengas horizonte temporal y quieras comprar barato.
Cosas que solemos decir y hacer
Nos gusta auto justificar nuestras decisiones porque nos tranquiliza. Y nos decimos cosas como, “mejor salgo ahora y cuando este muy bajo, ya volveré a entrar” (como si supieses cuando va a ser ese momento). “Lo único que quiero es recuperar mi dinero y salirme”. “¿Pero como voy a meter mas dinero con lo que ha caído?” “Lo que hay que hacer es estar encima del mercado para entrar y salir”. “Ahora no es el momento, es mejor esperar”. La colección de creencias populares es digna de recopilar en un libro.
Quién tiene un asesor, al menos escuchará argumentos que le hagan reflexionar. Y ese profesional bregado en mil batallas, tratará de darnos una visión más calmada y con perspectiva. Equilibrando nuestras emociones. Aun así, muchos no escucharán. Y cometerán mayor de los errores. Vender en un mal momento y hacer volar por los aires sus posibilidades de rentabilizar sus ahorros dignamente el resto de su vida.
Otros autogestionados, tomarán decisiones como pollos sin cabeza. Movidos y cegados por las emociones.
La reacción ante una pérdida de dinero varía mucho según la experiencia, los conocimientos, la convicción sobre lo que se está haciendo y la personalidad de cada uno. Las tres primeras cosas, se pueden combatir con educación financiera y poniendo al menos, un poco de dinero en el mercado para aprender con la práctica. Lo de la personalidad, ya es más complicado. Hay personas que están incapacitadas para invertir y ganar dinero con sus ahorros por su manera de ser y su forma de pensar. Si tú eres uno de esos, lo siento. No puedo hacer nada por ti. Estás condenado a empobrecerte contratando depósitos a plazo fijo y cuentas remuneradas.
Vender o mantener mis inversiones cuando caen los mercados
Lo mas importante para saber si puedes mantener tus inversiones o no, es tu horizonte temporal. ¿Cuántos años más te puedes permitir estar invertido? Si necesitas el dinero en un plazo de menos de 3 años, probablemente, debas reducir tu nivel de riesgo y hacer algún ajuste. Si necesitas tu dinero en un plazo de 1 año, definitivamente, tienes que salir del mercado.
La segunda clave para valorar seguir invertido, es ver si estás bien diversificado o muy concentrado. Hay que ver cuales son las razones que están motivando los descensos. Y si tienes posiciones muy concretas, ver cómo afecta específicamente la coyuntura a tus inversiones. Si estás globalmente diversificado, no deberías preocuparte mucho.
Si estás bien diversificado y tienes tiempo, pero aún te planteas salir, déjame decirte que el momento perfecto no existe. No vas acertar ni por pura suerte más de dos veces seguidas con los momentos de entrada o salida. Así que deja de engañarte pensando que te saldrás para librarte de las pérdidas y que volverás a entrar cuando todo eso haya pasado. Porque no lo vas a conseguir. Lo que es muy probable, es que le restes unos tantos porcentuales a la rentabilidad de tus inversiones.
Mi recomendación personal
Voy a tomarme la licencia de hacer un comentario sobre el corto plazo. Actualmente, la rentabilidad esperada por unidad de riesgo, es mucho más atractiva para la reta fija que para la renta variable. De hecho, en el futuro más cercano, diría que puedes esperar rentabilidades similares para cada clase de activo. Pero es muy seguro, que el riesgo sea mucho menor, si inviertes en renta fija de medio y largo plazo, ahora que estamos en la fase de bajadas de tipos de interés.
Si estás bien perfilado, te conoces bien y no temes ser presa de tus emociones en momentos de pánico, aguanta como estás. Si crees que no lo vas a soportar, entonces, baja tu exposición de bolsa hasta el nivel que te deje dormir tranquilo. La renta fija ahora, si va a funcionar y va servir para diversificar y reducir volatilidad en las carteras. Así que aprovecha. Incluso con mucha renta fija, puedas mantener el poder adquisitivo de tus ahorros en los próximos 2-3 años.
Ahora bien, bajas de entre el 15-25% en los índices bursátiles no se ven muy a menudo. Si eso ocurre, te animo a empezar a comprar bolsa o comenzar a traspasar renta fija a renta variable. Es sembrar en terreno fértil y con margen de seguridad. Poniendo las probabilidades a tu favor para el futuro. Si ves esa caídas y tienes liquidez que te puedas permitir comprometer a largo plazo, compra sin miedo.
Nadie dijo que invertir fuera fácil. Que no te engañen los largos periodos de calma chicha mar adentro. Porque siempre, siempre, llega la tormenta.