¿Qué cantidad de dinero necesitas para ser feliz?
¿Son más felices quienes más tienen? Hay algo de ciencia detrás de todo esto. Descubre cual es el precio de la felicidad y por qué.
Una de las cosas que más me gustan del asesoramiento y la planificación financiera es, lo que aprendo a lo largo de los años de mis conversaciones con los clientes. Tener una relación financiera con una persona a lo largo de su ciclo vital, permite ver las cosas en perspectiva. Resulta muy esclarecedor para mi.
Cada persona tiene sus matices y no se puede generalizar, pero hay ciertas cosas en las que llegada cierta edad, casi todo el mundo coincide. El dinero, no da la felicidad.
Y es curioso. Porque la mayoría de nosotros desde muy jóvenes, estamos embarcados en una competición por tener una casa mejor, un coche más lujoso, ropa de marca y acumular más riqueza. Pensando que eso nos hará más felices. Malgastando nuestro tiempo en cosas inútiles y preocupándonos por asuntos que con el paso de los años, dejan de tener importancia absolutamente.
¿Qué consejo le darías hoy a tu yo más joven?
Cuando llevaba poco tiempo trabajando en el sector financiero y ya realizaba tareas de asesoramiento, tuve una reunión con un cliente de cierto nivel de patrimonio. Me dijo algo que se me quedó grabado. Que suelo recordar a menudo.
Aquel señor estaba a punto de cumplir 80. Había pasado la vida trabajando muy duro. Compaginando un trabajo en el sector privado y en el campo cada vez que tenía un rato libre. Para así, sacar adelante una familia de 5 hijos. Lo cierto es que, en lo económico le había ido muy bien. Acumulando un patrimonio financiero e inmobiliario importante.
Me costaba captar la atención de aquel hombre mayor, de aspecto siempre cansado y algo enfermo. Que sabía, encaraba los últimos años de su vida. Con algo de desgana, de pronto, me interrumpió y me dijo:
“Tú aún eres muy joven y tienes remedio. Aprovecha el tiempo para disfrutarlo con los tuyos y las personas que quieres. Ahora que tengo mucho más pasado que futuro, cambiaría todo mi dinero para estar más tiempo con mis hijos cuando eran pequeños”.
Para entenderlo mejor, te daré un poco más de contexto. Gracias a su trabajo y esfuerzo, este hombre, había podido dar una buena educación a sus hijos. Que ocupaban puestos y profesiones de éxito. Pero a los que el trabajo, les había llevado a otras ciudades. Algunos incluso al extranjero. Y ninguno de ellos ya estaban cerca de él. Era viudo y recientemente había enterrado a uno de sus hermanos. En su vejez, se sentía sólo. Y de hecho creo que, venía a la oficina cuando le llamaba, sólo por tener alguien con quien charlar y pasar un rato.
De joven, cuando tenía salud y energía, trabajaba de sol a sol. Y casi no veía a sus hijos. Los fines de semana y los ratos libres, eran para ir a trabajar la tierra, cuidar los árboles o cultivar la huerta. Siempre había algo que hacer. Pero no vio crecer a su hijos, ni les cuidó cuando eran pequeños. De eso, se encargaba su mujer. Decía haber tenido una buena vida. Pero le hubiera gustado viajar más. Le invadía la tristeza al hablar. Tres años más tarde falleció. Y la verdad, me impactó. Siempre lo he recordado.
¿Cuánto dinero necesitas para ser feliz?
A pesar tener mayor calidad de vida en los países más desarrollados, diversas encuestas y estudios que se han realizado a lo largo de los años sobre felicidad y satisfacción con la vida, revelan que no somos mucho más infelices que las personas de países más pobres y con menos recursos. ¿Cómo es posible?
Lo llaman el síndrome de la sociedad comparada. Nos preocupamos de comprar más y más cosas, para impresionar a personas que ni siquiera conocemos, para así tratar de demostrar éxito sobre nuestros semejantes. Curiosamente, gastar dinero en bienes materiales no productivos, es lo más anticapitalista que hay. Como bien afirma el profesor Miguel Anxo Bastos. Pero este mal del consumo injustificado, acecha por cualquier rincón del mundo en el que haya un poco de progreso.
Parece que no tenemos límite y que nunca es suficiente. Cuando tienes un salario de 25.000€ al año, anhelas alcanzar los 30.000€ y cuando llegas, te enfocas en el siguiente nivel. Y así, una y otra vez. Pero parece que hay un techo con el que nos sentimos bastante satisfechos. Esto se ha estudiado y de hecho, hay algo de ciencia detrás.
El estudio más relevante sobre la relación entre el dinero y la felicidad, fue realizado por los investigadores de Princeton, Daniel Kahneman (que falleció recientemente) y Angus Deaton, en 2010. En sus investigaciones, descubrieron que las personas tienden a sentirse más felices a medida que ganan más dinero, pero hasta cierto punto. La cifra puede variar según países y circunstancias, pero en general, en países desarrollados, hablamos de 70.000€/Año o entre 4.000€-5.000€, la cifra con la que alcanzamos el cenit de nuestro bienestar financiero. A partir de ahí, ganar algo más de dinero, no contribuye a que nos sintamos mejor.
El dinero extra que llega de forma inesperada, también nos produce un impulso de alegría. Pero se estima que esa sensación se desvanece (tal vez el dinero también) a los 6 meses en promedio. Lo cierto es que nos adaptamos rápido a lo bueno. Y tendemos a incrementar nuestro consumo a medida que se incrementan nuestros ingresos. No que nos impulsa a buscar un mayor salario, porque entramos en una rueda de gasto creciente.
Mayores lecciones y arrepentimientos de personas entre 70-100 años de edad
A medida que avanzamos en edad, solemos darle importancia a otras cosas a mirar con la perspectiva de los años. Obviamente, para pensar de esa manera, ayuda mucho haber tenido una vida en la que se han satisfecho las necesidades básicas. Pero es interesante escuchar las respuestas de los jubilados, cuando les preguntas y responden sobre su vida en retrospectiva. Te resumo los principales puntos, por si te sirve para reflexionar.
La gran mayoría afirma que cuando eran jóvenes, le daban mucha importancia al dinero o las ambiciones profesionales. Y obviamente, hasta cierto punto, importa para tener cierta calidad de vida. Saber cuando uno tiene suficiente, da mucha paz mental. Sin embargo, pocos lo consiguen. Es generalizada la idea de que se preocuparon en exceso por cosas materiales y por tener más dinero del que realmente necesitaban para vivir bien. Es un enfoque de la existencia vacío y muy dañino par ti mismo o los que te rodean. Al final, muchos se dan cuenta demasiado tarde, de que la vida no va de eso.
Va de querer y ser amado. De tener y cuidar amistades. De relaciones personales sanas con familiares, amigos y con uno mismo. De dejar atrás a tiempo, a algunas personas que te alejan de tus sueños, aunque duela. Se trata de sentirte útil ayudando a otras personas sin esperar nada a cambio. De vivir cada momento. Ser aventurero a veces y coleccionar experiencias en compañía de otras personas.
La paz que pierdes complicándote la vida para tener más, preocupándote por cosas que la mayoría de las veces no ocurren nunca, no compensa el sacrificio. Simplifica. Ser feliz no es tan complicado. Quizá nunca seas rico, pero tendrás suficiente y serás feliz. Valora lo que tienes en su justa medida.
Otra cosa que se repite, es la percepción de la velocidad del tiempo conforme pasan los años. Cuando eres joven, nunca piensas que tú también serás viejo algún día. Se malgasta tiempo en cosas estúpidas. No sabemos cuando acabará nuestra vida, ni la de las personas que queremos. Todo pasa demasiado rápido. Y a veces, aunque esperado, siempre es un duro golpe asistir al entierro de un familiar o una amistad. Muchos lamentan no haber dicho más veces “te quiero” o haber dado más abrazos.
Por último. Cuida tu cuerpo. Porque pasarás muchos años en él. Haz ejercicio, duerme lo necesario y come bien. Aun así, puede que llegue un problema de salud. La vida en ocasiones nos da malas cartas. Hay que tratar de ser positivo y adaptarse a pesar de la adversidad. Si tienes un por qué, encontrarás el como. El tiempo es nuestra mayor riqueza. Aprovéchalo. Te deseo una maravillosa vida.
Hay un gran dicho que dice " no es más rico quien más tiene sino quien menos necesita"
Vive la vida frugalmente ,sin grandes pretensiones y disfrutando los pequeños momentos que son los que quedan en el recuerdo.
Si consigues ahorrar dinero viviendo así ,disfrutalo de la manera que más te satisfaga.En mi caso ayudando a mis hijos a no ser esclavos de los bancos toda su vida.
Un saludo Jon
Buen alegato